Obras destacadas


                                                 
                               Cien años de soledad

Esta historia comienza con el nacimiento de un niño que presenta cola de iguana, cuyos padres pertenecen a la familia de los Iguarán y los Buendía. Al poco tiempo, otros dos miembros de estas familias, Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía decidieron casarse, pero su matrimonio sufría temor por la llegada de un hijo con cola de iguana. Además de esta temerosa situación se sumaban los comentarios de Prudencio Aguilar, echándole en cara a José Arcadio su poco valor. Por lo que este decide acabar con la vida de Prudencio, pero el muerto se le aparece constantemente.
Inmediatamente José Arcadio huye del fantasma llegando a una aldea llamada Macondo, la cual estaba formada por pequeñas casas de barro construidas a la orilla de un río.
Con el paso del tiempo Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía fueron padres de: José Arcadio(hijo), Aureliano, que en poco tiempo se convertiría en coronel, y la hija menor, Amaranta.
La aldea de Macondo sólo contaba con visitas del circo de unos gitanos, guiados por Melquíades, el principal de todos ellos, que introdujeron en Macondo el imán y el hielo.
Estas visitas del circo fueron una de las principales preocupaciones de José Arcadio, debido a que el destino de su familia dependía, en gran parte, de su relación con Melquíades.
Las relaciones de amor-odio se verán reflejadas en cuatro generaciones que se irán procreando entre los miembros de la familia, y sus nombres se mantendrán generación tras generación, cada uno de ellos con diferentes características: los Aurelianos eran pensativos, y los José Arcadios locos y obsesivos. Estos seres extraños y desolados permanecerán en Macondo durante más de cien años.






 

                                     El coronel no tiene quien le escriba

Otra de las obras de Gabriel García Marquez es: El coronel no tiene quien le escriba.  Trata sobre un coronel,
un hombre de buena fe que vive en una casa humilde  de la aldea junto a su esposa, enferma de asma.
En esa aldea sufre la angustiosa llegada de la pensión que le pertenece por haber estado a las órdenes de Aureliano Buendía durante la guerra civil de Colombia, pero esa carta nunca llegaría.

Desde que su hijo Agustín murió a balazos en un reparto clandestino, el coronel y su esposa tuvieron que vender sus últimos objetos de valor y alimentar al gallo de pelea heredado de su hijo, para poder subsistir y conseguir los medicamentos que su esposa necesitaba.
Esta última intención de alimentar al gallo haciéndolo engordar para combatir lo cumplió el coronel, pero debido a ciertos sentimientos de los cuales no se conocen, él se arrepintió y decidió venderlo.
Esta decisión por parte del coronel provocó la decepción de su esposa debido a la necesidad de medicamentos y falta de dinero.
Pero gracias a otra persona el gallo peleó y consiguió la victoria, de esta forma el coronel nunca lo vendería para que su esposa no le reprochara para siempre.


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